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LA OFERTA, LA DEMANDA Y EL MERCADO

INTRODUCCIÓN

El sistema de economía de mercado descansa, tal como se puede inferir de su nombre, en el funcionamiento del mercado. El mercado es el mecanismo que responde a las tres preguntas fundamentales que se plantean a todo sistema económico: ¿qué producir?, ¿cómo producir? y ¿para quién producir?
Cuando se habla de mercado, necesariamente se está pensando en el juego simultáneo de la oferta y de la demanda. La interacción de ambas determina los precios, siendo éstos las señales que guían la asignación de recursos. Los precios cumplen dos misiones fundamentales, la de suministrar información y la de proveer incentivos a los distintos agentes para que, actuando en su propio interés, hagan que el conjunto del sistema funcione eficientemente.

3.1. EL MECANISMO DE MERCADO

Un sistema económico se define como el conjunto de relaciones que caracterizan a la organización económica de una sociedad, y condicionan el sentido general de sus decisiones fundamentales y los cauces predominantes de su actividad.
Aunque es concebible diseñar una economía que responda a un modelo puro de mercado o bien a uno de planificación central, a la hora de tomar decisiones fundamentales ante los problemas económicos citados en el capítulo anterior, esto es, qué, cómo y para quién producir en la economía real hay una mezcla de mercados y gobierno en la toma de decisiones, En cualquier caso, debe señalarse que los sistemas económicos evolucionan al compás del desarrollo de las fuerzas productivas y de sus resultados. Estos han sido claramente superiores para las condiciones de vida de la población en las economías de mercado.
El sistema de mercado moderno, con alto grado de división del trabajo, necesita de un conjunto de mercados donde se compren y vendan los bienes producidos.
Tal como señalamos en el capítulo anterior, debido a la existencia del dinero el intercambio es indirecto: un bien se cambia por dinero y éste, posteriormente, por otros bienes.

Un mercado es toda institución social en la que los bienes y servicios, así como los factores productivos, se intercambian libremente.

EL MERCADO: LOS COMPRADORES Y LOS VENDEDORES

La forma indirecta en que el intercambio se realiza en las sociedades modernas se puede esbozar como sigue: los trabajadores ofrecen sus servicios para obtener en contrapartida dinero que posteriormente cambiarán por bienes de consumo en el mercado de productos. La empresa contratante venderá su producción cambiando bienes por dinero y parte de sus ingresos los destinará a pagar a sus empleados, es decir, intercambiará dinero por trabajo.
Así pues, en todo mercado en el que se utiliza el dinero existen dos tipos de agentes bien diferenciados: los compradores y los vendedores. En los mercados de productos es típico distinguir entre consumidores y productores. En los mercados de factores existen quienes desean adquirir factores, y quienes desean vender o alquilar los recursos de la producción que poseen. El mercado es el lugar en que ambos tipos de agentes se ponen en contacto.

El precio de un bien es su relación de cambio por dinero, esto es: el número de unidades monetarias que se necesitan para obtener a cambio una unidad del bien.

EL PRECIO DE MERCADO

Los compradores y vendedores se ponen de acuerdo sobre el precio de un bien de forma que se producirá el intercambio de cantidades determinadas de ese bien por una cantidad de dinero también determinada.
Fijando precios para todos los bienes, el mercado permite la coordinación de compradores y vendedores.
El intercambio en el mercado es un intercambio “voluntario”. Si el participante no tiene otra opción, la transacción no es una transacción de mercado. Así, muchos de los servicios ofrecidos por el Estado como contraprestación de los impuestos, no constituyen transacciones de mercado. Dado que el intercambio es voluntario, es de suponer que ambas partes ganen con él, pues de lo contrario no tendría lugar. Esta proposición parece estar confirmada por la notable persistencia del intercambio, incluso cuando se crean obstáculos para su realización. Cuando se prohíbe el intercambio privado, generalmente porque se intenta mantener el precio de un bien por debajo de su precio de equilibrio en el mercado, se crea con ello una escasez del producto en cuestión al precio oficial y aparecen los mercados “negros” (véase Nota complementaria 3.1).

Nota complementaria 3.1
LOS MERCADOS NEGROS Y LA ECONOMÍA INFORMAL
La denominada economía informal podría ser un caso actual de mercados negros, no como la respuesta a controles de precios, sino como el intento de agentes económicos para evitar las acciones reguladoras del sector público. Existen numerosas investigaciones que muestran cómo en América Latina, en la década de los ochenta, un conjunto de leyes y de intervenciones del Estado hicieron surgir mercados informales. Las regulaciones excesivas o mal aplicadas producen costos para la sociedad. Algunos casos son los siguientes:
Argentina: Del 60 por 100 de la población en edad de trabajar que efectivamente trabaja, un 29 por 100 mantiene ocupaciones formales, mientras un 31 por 100 está enteramente en la no formalidad. De las personas que mantienen ocupaciones formales, un 6 por 100 tiene una segunda ocupación informal.
Bolivia: En 1987, de la población económicamente activa urbana, el 54,6 por 100 estaba en el sector informal.
México: El 27,3 por 100 de las empresas no estaba registrado, mientras que en el otro extremo sólo el 18,2 por 100 de las empresas puede considerarse completamente legal.
Perú: Las viviendas construidas informalmente alcanzan el 42 por 100 del total; el 95 por 100 del transporte público de Lima es informal; el 42 por 100 del Producto Nacional Bruto es el resultado de trabajo informal.
FUENTES: Hernando De Soto, El otro sendero (1987), Manuel Mora y Araujo y Felipe Noguera, a
Economía informal en la Argentina, en Estudios Públicos, N 30(1988). Prealc, Más allá de la regulación.
El sector informal en América Latina (1990).

TIPOS DE MERCADO

En la mayoría de los mercados los compradores y vendedores se encuentran frente afrente. Pero la proximidad física no es un requisito imprescindible para conformar mercado. Algunos mercados son muy simples y la transacción es directa. En otros casos como por ejemplo en los mercados de futuros (véase Nota complementaria 3.2), los intercambios son complejos. En todos los casos, el precio es el instrumento que permite que las transacciones se realicen con orden. El precio cumple dos funciones básicas, la de suministrar información y la de proveer incentivos.
Si en un mercado existen muchos vendedores y muchos compradores, es muy probable que nadie, por sus propios medios, sea capaz de imponer y manipular el precio. Si sucede lo contrarío y hay muy pocos vendedores (supongamos un solo fabricante) existirán grandes posibilidades de que éstos (o éste) pongan un precio a su conveniencia. Se considera que un mercado es de competencia perfecta si se caracteriza por la existencia de muchos compradores y vendedores, y en él ningún comprador o vendedor influye individualmente sobre el precio. En estas condiciones los precios están determinados por fuerzas impersonales del mercado. Por el contrario, se habla de competencia imperfecta cuando cualquier comprador o vendedor puede influir sobre el precio. El caso extremo de competencia imperfecta lo representa el monopolio, entendiéndolo como aquella situación en la que sólo hay un vendedor.
Aunque al utilizar el término economía de mercado nos hemos centrado en el concepto de mercado, debe señalarse que al hablar de una economía nos referimos a un conjunto de mercados interrelacionados entre sí, incluidos tanto los mercados de factores como los mercados de bienes y servicios, organizados de forma libre o mixta. Esta concepción incluye también todo un conjunto de actividades ajenas al mercado, como pueden ser las administraciones públicas, las instituciones sin fines de lucro y por supuesto las unidades elementales, que son: las familias y las empresas, tanto si actúan individualmente como silo hacen de forma asociada, es decir, constituyendo sindicatos o agrupaciones empresariales.


Nota complementaria 3.2
EL MERCADO DE FUTUROS
Los mercados de futuros consisten en un sistema de cobertura de riesgo para carteras de valores de renta variable, al que acuden instituciones o simples inversionistas privados que desean protegerse contra las fluctuaciones desordenadas del ingreso variable, las divisas o las materias primas.
El desarrollo de los mercados de futuros comienza a mediados de los setenta en la Bolsa de Chicago. A partir de entonces, los volúmenes de contratación crecen y se extienden a las principales plazas bursátiles del mundo.
Su filosofía consiste en la transferencia de riesgo de un inversionista cauto, hacia otro que lo adquiere con el ánimo de alcanzar los posibles beneficios inherentes a este riesgo.
Este tipo de operaciones podrían equipararse a una póliza de seguros que se efectúe entre particulares. El único elemento interviniente, además de ellos, sería la institución bursátil que los pone en contacto y garantiza la solvencia del pacto. Así pues, hay tres agentes de la operación:
1. quien se asegura, 2. Quien asegura, 3. Quien responde por el cumplimiento del contrato.
El que asegura traspasa el riesgo de la propiedad de unos bienes cuyo valor es inestable, renunciando a cambio a un potencial de beneficio más alto, pero también más improbable.
Existen tres aplicaciones fundamentales de los mercados de futuros:
• La primera y más conocida es la cobertura, consistente en asegurar el precio de venta o compra de un activo en una fecha futura.
• La segunda aplicación de los mercados de futuros es la especulación, consistente en comprar o vender a futuro, pero sin efectuar una cobertura.
• La tercera aplicación es el arbitraje, que consiste en comprar un activo y vender otro, de forma que el conjunto de ambas operaciones no presente ningún riesgo, pero dé lugar a una ganancia segura.
En América Latina éste es un mercado relativamente nuevo, donde aún falta mucha profundización para alcanzar un buen nivel de eficiencia. Así, en Chile, sólo existen futuros de tipo de cambio (dólar), de la tasa de interés y de índices de acciones. En Otros países de la región existen futuros de commodities como trigo y otros.
Por supuesto, hay grandes perspectivas y surgirán importantes avances en este mercado en las próximas décadas, tal como sucede en países más desarrollados, especialmente porque estos instrumentos son muy importantes desde un punto de vista financiero para disminuir el riesgo de monedas o precios que pueden no ser propios de algunos negocios.


3.2. LA DEMANDA, LA OFERTAY EL EQUILIBRIO

El sistema de Economía de mercado, para desarrollar sus funciones, descansa de modo fundamental en el libre juego de la oferta y la demanda. Vamos ahora a concentrarnos en el estudio de la oferta y la demanda en un mercado para un bien determinado. Supongamos que los planes de cada comprador y vendedor son totalmente independientes de los de cualquier otro comprador o vendedor. De esta forma nos aseguramos de que cada uno de los planes de los compradores o vendedores dependa de las propiedades objetivas del mercado y no de conjeturas sobre el posible comportamiento de los demás. Con estas características tendremos un mercado perfecto, en el sentido de que hay un número muy grande de compradores y vendedores, de forma que cada uno realiza transacciones que son pequeñas en relación al volumen total.
LA DEMANDA

Ya hemos señalado que las motivaciones que pueden llegar a tener los individuos para consumir determinados bienes son múltiples. Con todo, supondremos que hay una serie de factores determinantes de las cantidades que los consumidores desean adquirir de cada bien por unidad de tiempo, tales como las preferencias, el ingreso en ese período, los precios de los demás bienes y, sobre todo, el precio del propio bien en cuestión. Si consideramos constantes todos los factores salvo el precio del bien, esto es, si aplicamos la condición ceteris paribus, podemos hablar, por ejemplo, de la tabla de demanda del bien A por un consumidor determinado cuando consideramos la relación que existe entre la cantidad demandada y el precio de ese bien (Cuadro 3.1).





Bajo la condición ceteris paribus, y para un precio del bien A determinado, la suma de las demandas individuales nos dará la demanda global o de mercado de ese bien. Es claro que la demanda de mercado del bien A seguirá dependiendo del precio del bien, y por lo tanto tendremos una tabla de demanda de mercado para el bien A.

LA TABLA DE DEMANDA

La tabla de demanda individual de un comprador, dado un conjunto de circunstancias del mercado para cada precio, ofrece información sobre la cantidad que éste se propondría adquirir. Esta tabla mostraría que cuanto mayor es el precio de un artículo, menor cantidad de ese bien estaría dispuesto a comprar el consumidor, y ceteris paribus, cuanto más bajo es el precio más unidades del mismo se demandarán.
En términos más generales, se denomina ley de la demanda a la relación inversa existente entre el precio de un bien y la cantidad demandada, en el sentido de que al aumentar el precio la cantidad demandada disminuye.
Las causas que explican el aumento (o disminución) de la cantidad demandada por todos los consumidores ante una disminución (o aumento) del precio del bien, son de dos tipos. Por un lado, cuando aumenta el precio de un bien algunos consumidores que previamente lo adquirían dejarán de hacerlo y buscarán otros bienes que lo sustituirán. Por otro lado, otros consumidores, aun sin dejar de consumirlo, demandarán menos unidades del mismo por dos razones; porque se ha encarecido respecto a otros bienes cuyo precio no ha variado, y porque la elevación del precio ha reducido la capacidad adquisitiva del ingreso. Esto hará que se pueda comprar menos de todos los bienes y, en particular, del que estamos considerando.

LA CURVA Y LA FUNCIÓN DE DEMANDA

La curva decreciente de demanda relaciona la cantidad demandada con el precio. Al reducirse el precio aumenta la cantidad demandada. A cada precio A corresponde una cantidad QA que los demandantes están dispuestos a adquirir. El gráfico recoge cada par A’ QA) de números de la tabla de demanda (Cuadro 3.1). Uniendo los respectivos punto obtenemos la curva de demanda DA (Figura 3.1).

La curva de demanda, como expresión gráfica de la demanda, muestra las cantidades de algún determinado artículo que serán demandadas durante un período de tiempo determinado, por una población específica, a cada uno de los posibles precios. En cualquier caso, cuando por ejemplo decimos que la cantidad demandada de un bien se ve influida por (o que es una función de) el precio de ese bien, el ingreso, los gustos de los consumidores y los precios relativos de los demás bienes, estamos refiriéndonos a la función de demanda, que podemos expresar de la siguiente forma:







Donde:
Q,: es la cantidad demandada del bien A, en un período de tiempo concreto; es el precio del bien A, en ese mismo período;
Y: es el ingreso de los consumidores, en ese intervalo temporal. son los precios de los demás bienes, referidos al mismo período de tiempo, y
G: representa las preferencias o gustos de los consumidores.

La función de demanda es la relación entre la cantidad demandada de un bien y su precio. Al trazar la curva de demanda se mantienen constantes los demás factores, tales como el ingreso, que pueden afectar la cantidad demandada.



Para representar la curva de la Figura 3.1, lo que hemos hecho ha sido suponer que la expresión anterior, esto es: en La función de demanda, los valores de todas las variables, salvo la cantidad demandada del bien A y su precio, permanecen constantes. Hemos aplicado la condición ceteris paribus.